Tipos de bases

Cuando escuchamos la palabra “foco” enseguida viene a nuestra mente el clásico bulbo de rosca incandescente, sin embargo, existen muchos otros tipos de focos que son soluciones más adecuadas para iluminar nuestros espacios. Un foco realmente es una lámpara que emite una luz muy intensa sin importar el tipo de tecnología que use (halógeno, fluorescente o LED), la cual puede ser o no dirigible.

 

¿Te ha pasado alguna vez que sin fijarte compras un foco que no era el que necesitabas o que al instalarlo te das cuenta que la base es distinta a la común? Para que no te vuelva a suceder esto, vamos a ver los tipos de bases o casquillos de focos más comunes.

 

Las bases son las encargadas de proveer la corriente eléctrica al foco para generar luz, cada uno de los diferentes tipos tiene una aplicación y un propósito en específico, el cual nos permite cuidar nuestras lámparas y la instalación eléctrica. Con el uso del casquillo correcto prevenimos utilizar un foco de un wattage más alto, distribuimos el calor de forma adecuada y evitamos el riesgo de incendios.

 

Hay dos principales tipos de bases: las bases de rosca o tornillo y las de doble pin. Cada una funciona de forma diferente pero las dos cumplen con la función de conectar el cuerpo del foco a la corriente eléctrica para que éste se encienda. A cada base le corresponde un código formado por una letra que identifica el tipo de casquillo, seguido por dígitos que representan la medida de su diámetro en milímetros (mm). Por ejemplo: E27, E12, G4, entre otros. A continuación veremos las características de cada una de ellas.

 

Bases tipo “E”

 

La base tipo “E” es la más común en los focos del hogar, se le asignó la letra “E” porque su diseño fue patentado por Thomas Alva Edison, junto con la forma del bulbo incandescente, este tipo de base permanece vigente. Tiene forma de rosca y se atornilla al socket, generalmente girándose en el sentido de las agujas del reloj.

 

Los tipos de bases “E” más comunes son los siguientes: